Breve fragmento de la entrevista realizada al Ing. Ricardo Montanía, actual Presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista. El texto completo se publicará en la página web de APRA.
-¿Cómo un ciudadano paraguayo se hace o se convierte al ateísmo?
-¿Cómo un ciudadano paraguayo se hace o se convierte al ateísmo?
-Decir que se “convierte” al ateísmo da la impresión de que el ateísmo es otra adscripción religiosa, y no es así.
En países como el nuestro, el ateísmo es el resultado de un proceso lento y sistemático de incorporación del conocimiento científico a nuestras vidas, de suerte tal que se hace posible comprender que el Universo no requiere de una explicación metafísica o sobrenatural.
Encontrar un ciudadano paraguayo ateo es altamente improbable, tal y como se refleja en los estudios antes mencionados (Diario La Nación y Pew Center), es porque el método por el cual las creencias religiosas se perpetúan en el tiempo está plenamente vigente en nuestro país.
Si miramos a los católicos que son absoluta mayoría vemos que operan sobre los niños, ellos son bautizados a tierna edad y en la ceremonia se encomienda, literalmente. a un ejército de personas, velar porque la fe de sus ancestros le sea inculcada.
Todo lo que ve y oye tanto en el colegio, la calle o su casa en ese sentido son manifestaciones teístas y crece con el convencimiento de que la fe es una gran virtud y no el vicio del carácter como en realidad es.
Ricardo Montanía (centro), junto a los otros dos miembros fundadores de APRA, Jorge Alfonso (Izq.) y Roberto Nunes (der.), en compañía de Mario y Marta Bunge, en 2013. |
Entonces, al llegar a cierta edad, de no mediar circunstancias muy especiales, el joven es ya un teísta cuyas capacidades críticas están convenientemente atenuadas o apagadas y es presa fácil de todo tipo de supercherías religiosas o no.
Los ateos paraguayos que conozco, y conozco a muchos, lo son porque lograron pasar indemnes por ese mecanismo perverso o porque tenían un amor especial por el conocimiento que los llevaron a desapegarse de los dogmas tan eficientemente inculcados. Con la lectura y el apego a la ciencia lograron darse cuenta que la visión teísta del Universo es, sin dudas, falsa y sin sustento racional y que la única posición razonable de un ciudadano libre e informado del siglo 21 es la del ateísmo.