lunes, 11 de junio de 2012

Conversando con un mormón



Esa tardecita había salido temprano de la facultad, el fresco ya se sentía en el oeste asunceno. De pronto, se me acercaron dos chicos, igualándome en edad, y vestidos con el prototípico vestuario de pantalones negros, camisa blanca, corbata oscura, carnet identificatorio y biblia en mano. Sí, eran los mormones.


Me preguntaron si era vecino de Sajonia, a lo que respondí afirmativamente. Luego me invitaron a asistir a su templo, que queda a escasas cuadras del Palacio de Justicia de Paraguay. Les trascribo la breve conversación:


-Élder 1: ¿Eres de Sajonia?


-Edgardo: Vecino.


-E2: Queríamos invitarte, entonces a que conozcas nuestro templo, que queda sobre la calle Isabel la Católica...


-Edgardo: Lo conozco. Sólo que no puedo ir.


-E1: ¿Por qué?


-Edgardo: Es que no hay evidencia de la existencia de algún dios o dioses, así que sería una pérdida de tiempo para mí y para ustedes.


-E2: ¡¿Eres ateo?!


-Edgardo: Sí, desde hace varios años. No hay pruebas de que exista dios, un unicornio, fantasmas, etc. Así
que no puedo ir por ello a su templo. Por cierto, ¿cuándo creen ahora que llegará el fin del mundo? Ya que ustedes tienen récords en fallo de predicciones.


-E1: ja ja ja (risa cerrada). Sí. hemos hablado mucho sobre eso.


-Edgardo: ¿De dónde son?


-E1: De Estados Unidos.


-E2: De Honduras. ¡amo mi país! Y ya nos estamos acostumbrando a Paraguay. ¿Será que nos puedes dar tu dirección de casa y te visitamos algún sábado?


-Edgardo: Sí, claro. (Apuntaron mi dirección y mi número de teléfono).


-E1: También tenemos cursos de inglés por si quieras avisar a alguien.


-Edgardo: Ok. Muchas gracias.


-E1: Entonces te visitaremos.


-E2: Muchas gracias por hablarnos.


-Edgardo: Estupendo. Chau.


"Cuando morimos, ¿es esto todo? ¿Es este el fin?".
Eso decía la tarjetita que me dejaron al marcharse rumbo a buscar nuevas puertas... literalmente puertas de Asunción.

Pasaron más de dos semanas, sigo esperando en mi sala a estos muchachos. Los libros de Dawkins, Hitchens, Harris, Onfray, incluso la Biblia salieron de mi biblioteca para hacerles algunas preguntas a estos Elder. Con toda la buena onda, la paciencia y la expectativa que cualquier representante del Nuevo Ateísmo pueda tener. Es una pena que se pierdan dos jóvenes a causa de la religión. Mientras, seguiré leyendo por ellos.


Ramén.

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