Requiem aeternam dona ei (eis) Domine.
Et lux perpetua luceat ei (eis).
Requiescat (requiescant) in pace.
Amen.
Los muertos no lloran,
los muertos no descansan.
Los muertos, ni siquiera piensan.
Los muertos, ya no existen.
La memoria los rescata
y juega con ellos,
en un tire y afloje peligroso.
Perdura, el que más
conocidos tiene y el que
ha luchado, defendiendo a otros.
Los muertos no piden nada,
los muertos no exigen,
los muertos no descansan
porque ya no existen.
Resignación cristiana
es consuelo del injusto
y un nuevo golpe al herido.
Que En Paz Descansen
los vivos, porque los muertos,
ya no pueden.
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