¿Qué pasaría si Fernando Lugo decidiera bloquear las redes sociales en Paraguay?, fue la pregunta que lancé a estudiantes de la Escolar Básica y Nivel Medio durante mi conferencia sobre "Redes sociales en el contexto de la Primavera Árabe", durante la Feria del Libro de la Universidad Iberoamericana.
"Depresión, angustia y hasta levantamientos en contra del gobierno de Lugo" fueron las respuestas brindadas por los estudiantes, entre 12 y 18 años, acerca de cómo harían frente a este tipo de acciones oficiales de su gobierno. Obviamente, Paraguay, a pesar de contar con miles de problemas socioeconómicos y polìticos, está muy alejado de imponer censura o cerrar páginas webs para controlar la libertad de expresión y prensa.
La idea que quería robar de los estudiantes era si aquellos son capaces de reconocer valores humanos universales como la vida, la propiedad y la libertad. En Paraguay, estos adolescentes estarían preparados para salir a las calles en contra de una medida arbitraria y autoritaria por parte del estado; mientras que en el Norte de África y el Medio Oriente, las redes sociales servían como medios para alcanzar fines más profundos, como el derecho mismo a la vida.
Egipto fue el ejemplo más claro, en donde, el exdictador Hosni Mubark tuvo que bloquear Twitter y Facebook para que los manifestantes no esparzan sus ideas ni se acople más gente a las revueltas. Esta censura permitió un mayor despliegue y algunas compañías de celular y Google permitieron hacer llegar los mensajes que estaban bloqueados. Ya hace más de un año que cayó la dictadura de Mubarak, pero los problemas continúan para los egipcios.
En este contexto, y volviendo al caluroso Paraguay, los periodistas cumplen una función más que interesante. Los comunicadores deben, por sobre todas las cosas, enaltecer a la libertad de expresión y, por corolario, a la de prensa. La mejor forma de defender la libertad de expresión es criticando y opinando libremente, no atados a la publicidad, oficial o no, o a los meros intereses de los patrones. Periodistas serviles, chupamedias, corruptos y prebendarios escasean cada vez más, debido al alto control existente y a la competencia que puja hacia una profesionalización de excelencia.
Y es aquí, junto con aquellos de arriba, los periodistas mediocres nos juegan también una mala pasada. Aquellos que niegan que las redes sociales son simples juegos de adolescentes o representan una pérdida de tiempo, simplemente, deberían revisar sus premisas. Hoy, gracias a FB, Tx, YouTube, entre otros, podemos encontrar informaciones, nuevas perspectivas de comunicación y llegar a un público desconocido que antes no estaba interesado en las noticias.
Afirmar que Facebook o Twitter es una pérdida de tiempo es volver a la era de las cavernas y a pretender que el periodismo solo pueden ejercer quienes tienen título o están en los medios. Los que piensen así están condenados al estancamiento, puesto que las RS nos ayudan a informarnos y formarnos, entre tanta superficialidad y mediocridad.
Es por ello que la pregunta que formulé me resulta interesante desde todo punto de vista. Los que viven en dictaduras anhelan vivir en libertad, y los que gozamos vivir con libertades mínimas, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestras alternativas de expresión?
Una sociedad culta, informada y crítica será una civilización capaz de tolerar las diferencias y construir en el disenso. Paraguay aún dista mucho de ello.
¡Feliz día a todos los periodistas!
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