viernes, 1 de marzo de 2013

"Ateo puto"



En la sociedad paraguaya, a pesar de todos los avances a favor de la educación y el acceso a la información, existe una mayoría que aún duerme en cuevas y despierta en la Edad Media. Personas que, por motivos religiosos, políticos o por falta de educación, tienen ideas retrógradas y marcan presencia demostrando ignorancia y evidenciando su grado de inmadurez.

El jueves fui a una tertulia literaria, de las que hacemos mensualmente en Asunción. Un poco antes de llegar, un muchacho me gritó "Ateo puto". Obviamente no le hice caso ni le respondí. Los improperios continuaron, pero ya no le escuché. Es absurdo decir que me ofendí o quedé perturbado por la expresión. Ateo militante soy, puto no, aunque defiendo abiertamente los derechos de las minorías.

Sin embargo, me quedé pensando. No es la primera vez que me gritan en la calle. Incluso en la facultad de Filosofía varias veces, algún que otro socialista molesto me llama "facho" o "ABC ijapu". Pero esta vez quedé sorprendido. No me lo esperaba. Entonces, intenté entender qué es lo que sucedía.

¿Estoy exagerando con mis ataques a la Iglesia católica y al pensamiento mágico o simplemente aquel exabrupto es una muestra más de la irracionalidad de los religiosos? Me puse a pensar cuántas veces he gritado en la calle. Y la verdad que fueron pocas. La primera vez fue frente a la Embajada de Estados Unidos, en 2003, cuando los estudiantes secundarios, como miles de organizaciones, gobiernos y ONGs  alrededor del mundo, nos opusimos a la invasión a Irak.

Luego en el 2004, cuando nos manifestamos en la vereda de la Manzana de la Rivera, frente al Palacio de Gobierno, para exigir el veto a la inviable ley del Boleto Estudiantil Secundario. Luego estuve en marchas a favor de la seguridad en el país y contra los crímenes cometidos en los últimos años. También recuerdo haberme manifestado frente a Mburuvichá Róga, en contra del silencio del secretario general de la OEA ante la censura que imponía el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela.


También me manifesté frente a la Embajada de Venezuela por la violencia ejercida del gobierno chavista contra sus ciudadanos (foto). También estuve en una de las anuales marchas que realiza el Sindicato de Periodistas del Paraguay frente al Poder Judicial, en contra de la impunidad de los crímenes cometidos contra comunicadores. El año pasado también caminé desde el Panteón  de los Héroes hasta el Ministerio de Educación por la vigencia del Estado laico en Paraguay. 

En fin, tal vez me falten algunas manifestaciones o protestas. En todas ellas, defendí mis ideas, algunas habrán cambiado, otras no, pero trato de mantenerme coherente, no solo con mi filosofía, sino con la realidad. Sin embargo, creo que nunca traté de denigrar a una persona en alguna de ellas (salvo, quizás, a George Bush), tampoco fui grosero o algo por el estilo.

Es por ello que quizás quedé sorprendido cuando un creyente me gritó "Ateo puto", en medio de la noche oscura, de una Asunción apagada, no por la falta de iluminación por ineficiencia de la ANDE, sino por el grado de irracionalidad y violencia con que viven sus ciudadanos. 

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