martes, 9 de julio de 2013

Filosofía UNA está en crisis: el fuego no se apaga




Muchos no leerán esto, pero Filosofía UNA sí está en crisis. Es el primer reconocimiento que debemos hacer tanto estudiantes, como docentes y directivos. En las últimas semanas, la tensión a causa de los problemas académicos y administrativos se canalizaron no solamente ya en las  redes sociales, sino también en la Asamblea estudiantil que se convocó luego de la recolección de firmas y pedido de algunos representantes de las distintas carreras.

Más allá del apasionado episodio y de las posturas encontradas, habría que hacer un análisis más global de lo que acontece. No sólo para cambiar esa imagen casi caricaturesca que se tiene de la casa de estudios, sino para evaluar realmente si estamos en condiciones de asumir y promover posturas maduras que hacen a la convivencia de las personas racionales en cualquier parte del mundo.


"Filosofía UNA es de los haraganes", "allí no hay intelectuales", "cueva de zurdos", "ahora dominado por los cartistas", "te graduás en Pinocho"... en síntesis, al parecer nos encontramos en un laberinto enfermizo o hasta esquizofrénico con la dicotómica visión  que tienen de afuera, del un mundo ordenado, moralmente sano versus la perversión que se da en la facultad tenebrosa de Ita Pyta Punta. Esto no me parece correcto.

Pero una simple aclaración para los demás no mejora la situación. Es urgente y necesario reformular paradigmas internos y hasta si hace falta, cambiar el modelo de educación que tenemos allí. 

Hace falta repensar y esta es una actividad que no sólo lo deben  hacer los de la carrera de filosofía, sino todas. Hay que ir más allá de lo que sucede en estos momentos. Hay que romper las fronteras. Pero también es verdad que se debe aclarar la situación de la profesora Norma Coppari, de la falta de matriculación a algunos estudiantes y la transparencia del concurso de cátedras. 

Mucho se ha discutido acerca de dos visiones enfrentadas actualmente en la facultad. Al parecer, sólo hay estudiantes pemasistas y colorados,  desconociendo la diversidad ideológica y hasta partidaria, si se quiere, que puede presentar una casa de estudios con varias carreras. Este es el momento de presentarnos como universitarios críticos y no como meros agitadores de asambleas.

No deben repetirse los actos vandálicos de la última sesión de la asamblea. En la reunión volaron más sillas y mesas que ideas. Eso no se corresponde con quienes deben ser críticos y afrontar seriamente las adversidades. Tampoco es el momento de pensar en cambiar a las autoridades del centro, quienes fueron electos democráticamente, así como los mismos deben cumplir con sus obligaciones de atender los reclamos de los representados.

El "golpe parlamentario" que quieren hacer a Osorio dividirá más a los estudiantes al igual  que llamarse al silencio o escapar de un encuentro establecido en los estatutos. Los líderes de los movimientos deben estar a la altura de la circunstancia y dialogar con todos los sectores. Ya mucha mierda solemos recibir de los docentes mediocres, ¿por qué comenzar el mismo sistema entre los universitarios?

En este contexto, no vi ni al Centro de Estudiantes ni a los movimientos opositores apoyar a los que representarán a Filosofía UNA en las VII Jornadas de Jóvenes Investigadores de la UNA, que comenzará mañana. Unos 19 proyectos fueron seleccionados de alumnos de Periodismo, Filosofía, Historia y Psicología. Estudiantes que hacen investigación y que representarán al estudiantado de forma académica.

Es prioritario un debate serio y comprometido con la realidad. No podemos abstraernos de lo que ocurre, así como tampoco proponer acciones descabelladas. La Asamblea es un buen momento para la discusión universitaria, no una oportunidad para concursar en lanzamiento de madera. Ojalá se aproveche.

Foto: Asamblea de Estudiantes. Nadia Sosa


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