lunes, 25 de junio de 2012

La creatividad no tiene gentilicios, según Ráfols




Irina Ráfols, escritora y poeta, señala que la creatividad no tiene gentilicios, por lo que la genialidad literaria no depende del país donde uno se encuentre. La también cuentista indica que por cuestión de extensión, el poeta suele quedar satisfecho mucho antes que un novelista. Irina comenta que la literatura paraguaya no es universal y que Augusto Roa Bastos es más mencionado que leído.


Ráfol es escritora, Lic. en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Asunción, profesora de literatura y directora de la Escuela de Escritores El Lector. Obras publicadas: Abulio, el inútil, novela; Desde el insomnio, poesías; Esperando en un café, cuentos; Alcaesto, novela. Colabora con cuentos, análisis y crítica literaria en revistas, diarios y antologías.




En esta entrevista para La Isla de Edgardo, Irina destaca la importancia del proyecto “Paraguay lee”, que encara la editorial El Lector, para llevar libros a escuelas carenciadas del país.

-¿Qué significan los libros para vos?
-Son los ladrillos con los que construyo mi mundo.

-¿Ser escritora en Paraguay es una carga o un privilegio?
-No lo puedo catalogar por país, depende de lo que considere sobre este oficio cada escritor. Yo ya escribía a los doce años, empecé en Uruguay, seguí en Argentina y continúe acá. Es lo mismo ser de un país u otro.

La creatividad no tiene gentilicios. Hay gente que escribe y no publica por diversas razones. Pienso que los escritores no miden eso. Sí, se puede quejar de condiciones económicas y de que no haya gestores literarios. En algún momento además de quejarnos se nos ocurrirá alguna manera de inventarlos o conseguirlos. Pero, en definitiva, nada impide a nadie escribir y sentirse pleno y feliz de haber escrito en cualquier lugar.
Yo no lo tomaría ni como carga ni privilegio. El que quiere escribir, escribe, y no tiene en cuenta eso en ese momento.

-¿Se puede vivir de los libros en este país?
-Hay gente que lo hace, hay gente que además de escribir, tener buenos contactos o dinero obtenido de otras formas, sabe venderlos. Se puede vivir “con” los libros, que es lo que hago yo.

-¿Existe un único método de creación literaria?
-
Existen muchos métodos. Hay gente que estudia, hay gente que no estudia pero la buena lectura le permite intuir métodos para escribir. Hay gente que un día sale a la calle distraída y le pasa una bicicleta por encima del dedo gordo del pie y de golpe escribe. Dicen que los poetas malditos bebían o se drogaban para escribir, sin embargo, los estimulantes no pueden inventar algo que no esté metido adentro.

Te puedo hablar de la Escuela de Escritores que dirijo, ahí enseño técnicas para escribir cuentos, poesía, relatos, novelas. A veces trabajamos la literatura desde afuera, pero a veces lo hacemos desde adentro, trabajamos procesos mentales, formas de mirar las cosas, más que las cosas mismas. Hacemos hincapié, por ejemplo, en la diferencia entre el pensamiento lineal y el pensamiento lateral para trabajar otros puntos de vista.

-¿Ser poeta es diferente a ser novelista o se complementan?
-Sí y no y tal vez. Un escritor puede entrar en diferentes etapas y empezar con un género y después seguir otro, o todo a la vez. Poesía o novela son formas. En esencia la creación literaria es una sola cosa. Ahora, por una cuestión de extensión, el poeta tiene la ventaja de estar satisfecho mucho antes que el novelista.

-¿Es la literatura paraguaya universal?
-No. Pero hay una gran ansiedad por alcanzar la universalidad y si esa ansiedad sigue acompañada de talento, llegará. Podríamos hablar de Roa Bastos, pero no sé si sea tan leído como es mencionado, y de cualquier manera un solo escritor no representa a todos. Roa Bastos es un maestro pero no es toda la literatura paraguaya. Es una parte.

-¿Quiénes serían los escritores paraguayos más representativos de toda la historia?
-Ya van a venir, paciencia.

-¿Considerás que la digitalización de los libros ayuda a difundir las obras?
-Sí, todo ayuda, siempre y cuando el escritor pueda ganar lo que le corresponde. La labor intelectual además de un arte es un trabajo y se la debe tratar con respecto.

-¿Es la Libroferia de Asunción uno de los eventos culturales más importantes del país?
-Bueno, en Asunción, sí. Hay otras ferias del libro en varias partes del interior que no se quedan atrás. Y a todas hay que apoyarlas por igual. Ahora tenemos el proyecto cultural de El lector,
Paraguay lee, que llevará bibliotecas a muchos colegios carenciados del país. Emprendimientos así, ayudan mucho. Todo es importante. Que un niño sea capaz de entender un texto y trasmitir lo que lee, también es un evento cultural.

-¿El "paraguayo" lee poco o esto es un mito?
-Lee mucho. Si hablamos de leer, lee mucho: diarios, revistas, blogs, mails, mensajes, se lee mucho más en forma electrónica. Ahora, si lo que lee es de calidad, eso es otra cosa. En libros impresos se lee de autoayuda porque están ahí, muy comercialmente difundidos. Libros de buena literatura también se leen. Claro que sí.

Hay que considerar que para leer un instructivo que te dice qué hacer con tu vida y cómo vivirla no se requiere de mucha habilidad mental, excepto un poquitito de memoria para recordar los pasos. Pero para dejarse llevar por la aventura mental que propone la literatura de calidad, sí. Te puede dar algún trabajo. Y ya sabemos que muchas veces rige la ley del menor esfuerzo.

-Si fueras una protagonista de Fahrenheit 451, ¿cuál libro memorizarías y por qué?
-
Melmoth, el errabundo de Charles Maturin. Por la interioridad psicológica del personaje, por el encanto de la oscuridad y las malas intenciones de los buenos. Es una novela gótica, desconocida en Paraguay, escrita por un monje irlandés, publicada en 1820.

La manera en que el personaje diabólico hurga en la mente humana, la manera en que se justifica de lo que hace, la sutileza intelectual de la voz narrativa, el lenguaje; es una obra sublime. En su época, el escritor, no podía publicar con su nombre, usaba seudónimos, pero se supo -vaya a saber si no fue porque se impuso la vanidad del escritor a la humildad del clérigo-, y se le reprochó que siendo religioso hubiera pintado a un auxiliar del demonio de una manera tan atrayente y seductora.

-¿Te animás a hacer una predicción del futuro de los libros?
-¡Como no! En 857 años más adelante no existirán los libros electrónicos, y los libros de papel que queden serán todos incunables, chau bosques, todo se llenará de carreteras aéreas y habrá una hermandad secreta que guardará los últimos libros y existirá una guerra -porque siempre tiene que haber alguna guerra, y algún hombre traicionado por una mujer-, eso habrá sin duda.

Sin embargo, la información se guardará en chips y cuando uno necesite saber algo se colocará el chips por una ranurita que nos hará el Estado en la nuca, de forma obligatoria. Podría ser que sea así o parecido, lo más seguro es que aparezca otro formato totalmente diferente a lo que nosotros nos imaginamos ahora.



Ping-pong literario
- ¿Poesía o ensayos?
Ahora me estira más el ensayo que la poesía, pero prefiero el cuento y la novela al ensayo.
- ¿Novela histórica o poesía clásica? Ninguna de las dos.
- Libro que te marcó: El tesoro de la juventud. Y cuando era muy chica, un diccionario Larousse que quería bajar de una estantería alta se me cayó en la cabeza y me hizo flor de tajo.
- Lugar de Asunción para leer: Mi casa.
- Libro que no hay que leer: Los mal traducidos, y si te encanta la Biblia no hay que leer la Vulgata, hay que leer la Septuaginta. La Vulgata alteró muchas palabras originales. Así que hay que estudiar griego, hebreo y arameo para saber que dice en realidad. Aunque la Septuaginta también fue traducción de otros textos. Vaya a saber lo que dirían en realidad los textos originales, si los hubo.
Tampoco hay que leer los libros resumidos para abaratar costos y economizar tiempo. Y ninguno de los que te dicen “lector, si no pensás como yo, estás equivocado”.
- Lugar de Asunción para escribir: Mi casa.
- ¿Impreso o ebook? Impreso toda la vida, el olor a la tinta, el tacto de la hoja, el corazón de un árbol. Sí, sí, pobres los arbolitos, pero si se mata una vaca se cría otra, si se echa un árbol que se plante otro. Los libros son el pretexto para que siga habiendo bosques. Me parece que los árboles le deben el favor de la trascendencia a los libros.
- ¿Teclas o bolígrafo? Antes bolígrafo, ahora teclas, por la música del dedo al formar las palabras, me gusta el tic tic tic o el cha cha cha del ritmo de las letras.
- Un escritor que te decepcionó: Los que crean ficción pero después la explican tanto que la matan.
- ¿Televisión o internet? Televisión no, internet más o menos, CD, sí. Series: Lost, Dexter, Animés, Documentales. Cine en el cine, pororó, coca cola y chocolates.

4 comentarios:

  1. Gracias Edu por compartir la entrevista, digamos que llega en un momento personal dónde necesitaba este tipo de luz

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    1. Fuerza viejo. La verdad que Irina inspira cuando le leés. Un abrazo.

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  2. bueno hoy le conoci mas a Irina, todo lo que sale de ella es interesante

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    1. La verdad que sí. Tiene una visión filosófica interesante.

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